Bana Hills: Una mentira de redes sociales

Salimos de Da Nang en dos motos, que nos costaron dos dólares cada una, llegamos a la taquilla a comprar nuestra entrada a las 15:00 (bueno ya estábamos allí, así que esperamos hasta las tres).
La vista desde el teleférico fue asombrosa, a mi las alturas me generan vértigo, por lo que a ratos sentía esa corriente que va desde las entrañas a la boca y ahogando un grito seguía grabando - todo el material se subió a instagram.

Cuando llegamos a la cima nos pusimos los polerones (Hoodie) y nos fuimos derecho a ver el puente. Por favor, usted no haga lo mismo.
Cuando llegamos había tanta gente que era imposible avanzar. Creo que perdimos media hora sólo tratando de encontrar un espacio en alguna baranda para ver la vista, hasta que al final decidimos regresar más tarde, por lo que cruzamos el puente lo más rápido que pudimos y nos fuimos a caminar.

En mi opinión, lo más divertido se encuentra afuera. Nos demoramos horas en recorrer las instalaciones, nos perdimos en el laberinto, posamos en los jardines y visitamos todos los parques, cerca de las cinco, el sol comenzó a descender por lo que volvimos al Golden Bridge, y éste estaba vacío con sus hermosas vistas despejadas y vimos como caía el atardecer en Da Nang.
Finalmente, a las 17:30 nos dirigimos al buffet, con más hambre que ratón de iglesia.

El Buffet es una especie de "tenedor libre". está ubicado en el centro de la aldea francesa y debes mostrar tu entrada para ingresar.
Con la entrada tienes derecho a comer todo lo que quieras y a beber dos cervezas belgas de medio litro cada una. Tu eliges si quieres rubia o negra.

Además de la comida hay una presentación artística, pero al llegar tarde no encontramos asientos frente al escenario, por lo que no la vimos. Pero conversamos con las chicas que hacían un show de Samba brasileña, quienes nos contaron que el show se va renovando en cada temporada.

No es mi intención hacer mala publicidad a los operadores de Tours, pero el tiempo que le dan al grupo para beber y comer es muy corto, así que todos los turistas que se sentaron en nuestra mesa y en las colindantes nos regalaron sus segundos vasos.

Con tanta variedad y entretención nos quedamos en el buffet hasta las 20:00 horas, al salir la ciudad se ve desierta, allí comprendí que hay una variada oferta hotelera, por que los únicos edificios iluminados son hoteles de 5 estrellas.

Vimos un show de luces en el castillo y comenzamos el regreso.
Con las cervezas y oscuridad no sentí vértigo en el teleférico; llegamos al estacionamiento que está cerca de la boletería y tomamos el bus de regreso a Da Nang.

En total nuestra aventura nos costó 38 dólares, incluida las motos que nos llevaron desde el centro de Da Nang.
Como no llevamos container para guardar comida, usamos las bolsas de los vómitos que estaban en el teleférico - yo siempre me guardo las bolsas de éste tipo, ya que las encuentro útiles para dejar la basura dentro de tu mochila cuando no tienes basurero cerca - así que al otro día desayunamos tapaditos con abundante queso, arrollados de todo tipo y unos dulces hechos con mucho talento.


Pd: en Vietnam aprendes a valorar el queso.

Espero que éste artículo te haya resultado útil y si vas a Ba Na Hills cuéntame tu experiencia en redes sociales, me interesa saber tu opinión :)